Somos sordos por aquello que odiamos escuchar, somos ciegos de aquello que realmente no queremos ver, y cuando hay que hablar preferimos convertirnos en tontos mudos y callar.
Escuchemos la realidad por aquellos que no pueden oir. Miremos nuestro presente por aquellos que no pueden ver. Aprendamos a conversar por aquellos que no pueden hablar.
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