domingo, 2 de noviembre de 2014

«Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper».
A veces no se trata de ser fuertes, sino lo suficientemente débiles para mostrarnos tal cual somos, tan simples, sin vueltas. No se trata de ser mejores, sino de estar a la par del otro. Superar los peores miedos. Cuando uno desea algo con tanto ímpetu, sólo resta con ponerle todo el entusiasmo y garra. Podemos generar todos los cambios necesarios para poder llegar más lejos, para poder cumplir todos los proyectos y metas.