sábado, 26 de marzo de 2022

Pasaron cosas.

Luego de un año de tu partida, mi corazón sigue llorando. Un vacío inmenso recorre mi alma. 

Sé que donde estás, estás en paz. Que tu mente está tranquila, pero hay una realidad acá y es que no logro perdonarme. Y si, en algún momento lo tenía que decir, no logro perdonarme el no haberte podido ayudar, no saber que estabas tan mal, tan triste, no poder ver más allá de tus ojos y comprender que tu alma estaba angustiada, que no podía más.

Y te pido disculpas, aunque no sé si eso ya a esta altura de la vida sirve, pero te pido perdón. Perdón por no poder acompañarte más, y creo que también estoy enojada, pero no porque te hayas ido, sino porque en su momento no pudiste contarme, hablarme, y hacer de tu dolor, algo más pasajero, algo más sano. 

Entiendo que la vida nos pone a prueba constantemente, y supongo que esto será una de ellas, pero realmente me hubiese gustado transitarla a tu lado y que me guíes, que me enseñes primero el camino y luego, decidas cuál sería el tuyo. Igualmente te seguiría amando y apoyando en cada decisión de tu vida.

La realidad es que mi cabeza no para un segundo, es por eso que tengo tantos desordenes en mi vida. Será que hace rato sufrías en tu vida, particularmente por tu vida privada? Qué es lo que tanto te pasaba por la cabeza? Será que hace rato querías renunciar y hacer un nuevo camino, pero no te dejaban? Pero nunca te escuchaban?

Y tengo tantas dudas, tengo tantos miedos. Por qué no me dejaste una carta, porque no me avisaste que esto iba a terminar así? 

Ahora todos hablan del legado, del castillo que construiste, pero no entienden que ese castillo también es el que te destruyó, y yo ahora estoy cuidando. Entonces, aunque por momentos me siento orgullosa de mi por haber aprendido tanto y con tan solo 30 años estar manejando un imperio tan grande, por otro lado, te veo en cada paso que realizo por ese lugar, en cada papel que descubro o cada mail que tengo que leer para comprender un poco más.

Eso nadie lo ve, eso nadie lo comprende. Que estoy cuidando algo que te destruyó, aún estando yo destruida por dentro.

Sé que en algún momento todo se resolverá y lograré entender el por qué de todo esto, pero hoy por hoy, realmente no entiendo, y eso me está matando el alma.

Creo que de verdad, a veces me cuesta tanto avanzar por todas estás preguntas que tengo en la cabeza.

Te extraño, y mi vida no es la misma desde que no estás en ella.