Recostado en su cama mira el techo y se imagina todos aquellos días apasionantes en donde la cama era el personaje principal y ellos el secundario. Donde el fuego era intenso y el ambiente ardía de calor.
Hoy sólo quedan recuerdos de un ayer soñado. Hoy se lamenta por el dolor causando en su cuerpo, hoy se lamenta por el dolor causado en el otro cuerpo. Sabe que los días que le faltan por vivir van a ser lo mismo, su imagen. No llora de dolor, llora de amor. Llora por aquel amor perdido, aquel amor que jamás volverá a sentir, que jamás nadie le va a poder brindar ni devolver. Ese amor que sintió aquel día y que no olvidará. Todavía sigue esperando en aquellas calles donde todo termino.