domingo, 7 de febrero de 2010

Calles.


Caminaba por la calle esperando a que alguien viniera a socorrerme. Caminaba sin rumbo, perdida. Edificios que parecían no tener fin, calles de piedra, personas: ninguna. Faros de luz iluminaban pequeños segmentos de mi trayecto. Animales: tampoco. Luego de caminar por horas encontré a alguien. Era algo relativamente pequeño. Oh! Si. Un pequeño duende azul.

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